Hoy Argentina puede resultar fuente de inspiración a nivel país ( macrosistema) para una mayor evolución individual (microsistema).
Siempre escuche esta frase, si "tu cambias todo cambia", y claro como apasionada de querer ver cambios, no solo en mi vida sino en otros, es que comencé a cuestionarme ¿qué hago, desde mi lugar, para cambiar mi país?, aunque sea algo mínimo.
No pretendo dejar el chek list de lo que hago o no, pero sí compartir mis experiencias cotidianas y aprendizajes, que sin duda no sólo como individuos podemos evolucionar, sino como sociedad.
Entre libros, fábulas, creencias fui ampliando conceptos e ideas que podrían modificar mi percepción de todo lo que me rodea. Principalmente fui comprendiendo por donde venían ciertos patrones y me sumergí en el proceso de revolución interna, que algunos llaman crisis existencial.
Entre conceptos bases que tomo para medir en qué "nivel" o que estación estoy, son el CUERPO, el ALMA, la MENTE y una cuarta dimensión el ESPÍRITU.
En cada una de estas áreas,se van produciendo ciertas experiencias que como suelo denominar hay que DESCIFRAR.
Tres dimensiones.
Este código de barras, que cada experiencia trae, es una llave maestra que permite ir dando saltos en nuestra conciencia y por efecto, en la realidad.
Así, el CUERPO trae mensajes con aquellas dolencias, enfermedades, síntomas, que en la gran mayoría NO nos enseñan a COMPRENDER que nos quiere decir nuestro propio cuerpo.
A nivel ALMA traemos codificado las heridas (abandono,rechazo, traición, humillación, injusticia, entre otras) que van a despertar en cada uno el camino y el tránsito por esta vida, las cuales para poder trascenderlas es necesario reconocerlas, aceptarlas y perdonar.
En cuanto a nuestra MENTE, podría decirse qué acorde a los pensamientos y emociones que vayamos experimentando van a ser nuestros sensores, o termostatos para regular las otras áreas, ya que todas están interconectadas.
Más profundo.
Ahora respecto a lo ESPIRITUAL y creo prudente aclarar, que hoy es lo último que accedemos cuando deberíamos recordar que somos primero SERES ( espiritual) y segundo HUMANOS (carnales). Se nos instala un chip que lo espiritual es el último recurso, cuando es por el mismo espíritu que somos guiados.
Bien, ya iré profundizando más en detalle, pero...¿Qué tiene que ver todo ésto con Argentina?
Bueno principalmente porque hoy estamos siendo el ojo de la tormenta y viendo que va a suceder día a día, como si una dinamita estuviera por estallar. Nada tan lejos de la realidad, pero quisiera compartirles pequeños conceptos que si COMPRENDEMOS individualmente podrían dar un giro a nuestra historia.
Así es, el trabajo individual, que sumando cada parte hacen un todo como país. Por lo tanto el COMPRENDER nuestra historia nos permite elevar la consciencia colectiva para tomar mejores decisiones y cambiar el rumbo, hacia lo prudente para éste momento como sociedad. Ya no podemos culpar a otros de nuestros representantes, ni podemos aumentar la ironía, de ir detrás de quienes nos quieren ver separados por ideologías. Es responsabilidad de cada sujeto la elección de quienes nos representan.
Subiendo de nivel.
Argentina es un nombre, con identidad, sueños y errores como cada uno de quienes la integran, por eso profundizar a un nivel de consciencia como si fuese personal, pero a una escala nacional, es que podemos trascender las oportunidades de aprendizajes.
¿Quienes somos? ¿Qué nos sucedió a nivel terrenal, almático, mental y espiritual?
Nosotros mismos seguimos declarando pobreza, cuando en realidad es inoperancia política, en administración de producción, bienes y servicios, para beneficio de ciertos sectores privados, que hasta disfrazan de públicos.
No solo es el ladrón, sino quien se deja robar el otro lado de la balanza que puede compensar la iniquidad de generaciones.
Somos ricos y hasta que cada uno estemos convencidos de ello, seguiremos condenados a repartir nuestras riquezas con el enemigo.
Ezequiel 18:30
Cuerpo- Alma- Mente- Espíritu
La toma de consciencia es desde adentro hacia afuera.
Poner en palabras aquello que no podemos asimilar.
La percepción desde tu interior.
El rechazo desde el alma y el espíritu.
El abandono, su dependencia en el alma y en espíritu.
La traición y su máscara del controlador.
La humillación y su máscara del masoquista.
Su máscara de rigidez y una mirada espiritual.