Las cinco heridas del alma o de la infancia son una forma de comprender nuestras percepciones o interpretaciones. Es decir que nos observamos a nosotros mismos para poder evolucionar internamente. Lise Boubeau, nos deja esta hermosa experiencia de autoconocimiento en su libro y que a continuación iremos conociendo cada una de ellas.
Son patrones que repetimos según lo que vivimos a lo largo de nuestra vida.
En primer lugar conviene reconocerlas en sus manifestaciones en nuestro presente, después
comprender su origen (suceso real o interpretación del mismo), aceptándolas sin juzgar y aprender de la experiencia; en su momento será el tiempo de perdonar nuestra percepción y permitirnos soltar.
Esas heridas se producen en las relaciones con la madre, el padre y el entorno familiar y social.
Cada ser humano puede poseer y manifestar dentro de su energía vital esas cinco heridas, en
muchas ocasiones varias de ellas muy presentes y las otras más sutilmente visibles.
Aunque tiene una impacto más profundo en su generación en determinadas etapas del
desarrollo infantil (hasta los 4 años), no por ello pueden implantarse como conflictos
programantes iniciales en los años infantiles y preadolescentes.
LAS CINCO HERIDAS
- El rechazo y la máscara de retirada.
- El abandono y la máscara de dependencia.
- La humillación y la herida masoquista.
- La traición y la máscara del controlador.
- La injusticia y la máscara del rígido.
Rechazar a alguien es repelerlo, echarlo. La persona que nos rechaza nos dice “No te
quiero a mi lado”. La persona que nos abandona dice “No puedo tenerte conmigo”, y
nos deja para ir en busca de algo o de alguien. Hay que tener clara la diferencia entre rechazo y
abandono.
La herida del rechazo es muy profunda, pues le hace sentir a uno que su
“derecho a existir” está siendo rechazado. Un ejemplo claro son los bebés que no son
bienvenidos cuando su concepción no es buscada por los padres. Se activa incluso en el vientre materno.
La herida se activa sobretodo en la relación con el padre del mismo sexo.
Es del todo habitual en estos casos, que no aceptes u odies al padre que tiene el
mismo sexo que tu. Esta sensación de rechazo no significa necesariamente que tu
padre te rechazara, pudiera significar que tú interpretaste una o varias experiencias
como si fueran un rechazo de tu persona. Otra persona lo podría haber vivido como
una humillación.
Entiende que cuando un padre no se acepta a sí mismo/a (se rechaza) y tiene un hijo del
mismo sexo, es normal y humano que inconscientemente rechace a ese hijo, pues constantemente le recuerda su propio auto-rechazo. Si sufres de la herida de rechazo , la no aceptación del padre del mismo sexo explica las dificultades que tienes en aceptarte y amarte a ti mismo/a.
Miedo y gran desconfianza a los demás.
Inhibición
Estado de alerta constante.
Impulsividad, dependencia y/o evitación.
Dificultad para iniciar relación y sostener compromisos.
Rencor acumulado.
Estrategias de huida, alcohol, drogas, juegos virtuales.
A nivel corporal, suelen ser cuerpos delgados y pequeños, o alguna parte menos desarrollada que otras. Evitando contacto visual, voz débil y posible piel con problemas, sobre todo a nivel facial. Sentimientos de incomprensión y con temos a "molestar" a los demás o sentirse observados.
Para comprender mejor estas heridas es necesario recordar la composición del ser humano. Hemos sido creados por Dios y a su imagen. Dios es tripartito, Padre, Hijo y Espíritu Santo; el hombre también está compuesto por tres partes, cuerpo, alma y espíritu.
A través del espíritu contactamos con el mundo espiritual y con Dios, es una relación. En nuestra alma encontramos NUESTRA voluntad, NUESTRAS emociones, NUESTROS pensamientos, incluso las experiencias en forma de recuerdo de nuestra vida. Estas experiencias conforman nuestra personalidad y la forma en cómo nos relacionamos con los demás. (Cary Palmon. Reparando un corazón roto)
Lo invisible sería nuestra alma y nuestro espíritu, es por ello que encontrando el camino en Espíritu podemos sanar y renovar nuestra alma.
Cuando se active esta herida recuerda en ti, ¿en que me rechazo? ¿Qué no estoy aceptando?.
¿Cuánto más sabe Jesús de cada herida que cargamos?Si él mismo siendo Dios, se hizo hombre, pasando por hijo para que todos conozcamos al Padre.
Y hablando de rechazo,¿cuántas veces lo hemos rechazado?.
Cuando comprendas tu herida, vuelve a ti…a tu reconocimiento ¿desde cuándo?,y luego recuerda que así como es en la tierra es en los cielos, como es arriba es abajo, como es adentro es afuera. Por lo tanto es necesario recorrer el camino completo, cualquiera de estas heridas, todas concluyen en un solo mensaje, llegar al Padre a través del espíritu. Sólo así serás libre.
Cuerpo- Alma- Mente- Espíritu
La riqueza que dejamos en manos del enemigo
La toma de consciencia es desde adentro hacia afuera.
Poner en palabras aquello que no podemos asimilar.
La percepción desde tu interior.
El abandono, su dependencia en el alma y en espíritu.
La traición y su máscara del controlador.
La humillación y su máscara del masoquista.
Su máscara de rigidez y una mirada espiritual.