En un mundo vertiginoso impulsado por la tecnología, la inteligencia artificial, el consumismo, la búsqueda de resultados inmediatos y el escroleo, no podemos relegarnos y olvidarnos de nosotros mismos, de nuestra esencia, de nuestro ser.
La espiritualidad ha trascendido diferentes culturas y sociedades y muchas veces la hemos encasillado en esas culturas, pero la visión holística del ser humano avanza en tanto quienes se preguntan si esto es la vida, buscan su significado, el sentido de su vida, su misión o propósito, y la pertenencia a algo superior.
Integrar las perspectivas de la dimensión espiritual del ser humano puede enriquecer nuestra práctica profesional, nuestra conexión con nuestros clientes y ofrecer un enfoque integral, significativo y transformador tanto para ellos como para nosotros mismos.
Atender a esta dimensión espiritual y entenderla, pretende fomentar el bienestar integral, desarrollar la empatía necesaria para comprender y aceptar las creencias y valores de los otros para mejorar la calidad de nuestra interacción, y permitir una comunicación más profunda y auténtica.
Algunos acordarán conmigo en que la espiritualidad es un aspecto inherente de nuestra humanidad y otros disentirán, tal vez creyendo que se trata de una construcción social, por eso les presentaré algunas perspectivas.
RELIGIÓN Y ESPIRITUALIDAD
La religión refiere a profesar una determinada fe, adhiriendo a las creencias, valores, comportamientos, anhelos y dogmas que la religión y/o la institución religiosa que la representa dispone. Es algo externo que adoptamos.
La espiritualidad, en cambio, refiere a cuestionarnos y a encontrar el sentido de nuestra vida en conexión con el mismo misterio de la vida, adhiriendo a nuestras propias creencias. Es algo interno que forma parte del SER y que expresa el Amor en su totalidad al creer que formamos parte de una Unidad.
Es factible que la religión pueda acercarnos a la espiritualidad y que la espiritualidad no distinga religión.
En ese sentido, Norberto Levy, autor de “La sabiduría de las emociones 2”, en su libro cita a Ken Wilber, quien encontró al menos 7 coincidencias como verdades universales en el hinduismo, judaísmo, cristianismo, budismo, tacismo y sufismo.
1. El espíritu existe y
2. está dentro de nosotros.
3. Vivimos en un mundo de separación y no nos damos cuenta de la presencia del espíritu.
4. Hay un camino para salir de esta separación ilusoria,
5. y si lo recorremos hasta el final, llegaremos a la Iluminación;
6. lo que marcará el final de la separación y el sufrimiento.
7. y nos conducirá a una acción social amorosa y compasiva hacia todos los seres sensibles.
PERSPECTIVAS DESDE LA NEUROCIENCIA Y UN CURSO DE MILAGROS
Jill Bolte Taylor, una neuroanatomista que sufrió un derrame cerebral que afectó su hemisferio izquierdo, describió que durante su recuperación, experimentó una profunda conexión espiritual y una sensación de trascendencia, que atribuyó a la "desactivación" de su hemisferio izquierdo y a la "activación" de su hemisferio derecho, lo que ratificaría investigaciones que sugieren que el hemisferio derecho, asociado a funciones intuitivas, emocionales y creativas, sería nuestro lado espiritual o de Dios, y el hemisferio izquierdo, asociado a funciones lógicas, analíticas y verbales, sería nuestro lado de percepción del yo o del ego.
No obstante, las investigaciones siguen su curso en tanto muchas actividades cognitivas requieren de la interacción neuronal de ambos hemisferios y tanto el lado espiritual como el de la percepción del yo resultan de interacciones complejas.
“Un Curso de Milagros” (UCDM), un libro cuyos derechos de autor pertenecen a la Foundation for Inner Peace (Fundación para la Paz Interior), que es un curso en sí mismo, una filosofía espiritual universal, puede entenderse en dos niveles en los que está escrito:
1) En un nivel 1, considerado estrictamente dentro del pensamiento metafísico y
2) En un nivel 2, que contrasta dos sistemas de pensamiento opuestos, dos maneras de mirar el mundo, con los ojos de Dios, la “mente de Dios”, o con los ojos del ego, la “mente del ego”, que podríamos decir que representa a nuestro mundo. Estas dos maneras de mirar al mundo o ambos mundos, digamos, se comunican a través de nuestro maestro interno, el Espíritu Santo, que es el Amor de Dios omnipresente.
Desde estas perspectivas, podríamos adherir al pensamiento atribuido al jesuita y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin: “no somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somos seres espirituales teniendo una experiencia humana”, y en nosotros conviven dos mentes, la espiritual o de Dios (consciencia) y la del yo o del ego (conciencia).
La consciencia nos permite evolucionar, transformarnos y expandirnos, viviendo como parte de una Consciencia Universal, y la conciencia nos limita a la moralidad autoimpuesta.
PERSPECTIVAS DESDE LOS NIVELES NEUROLÓGICOS Y LA FÍSICA CUÁNTICA
En algunos enfoques holísticos adquiere predominancia el concepto de energía sobre la distinción entre mentes.
Robert Dilts, en su libro “Coaching: herramientas para el cambio”, refiere a que “se utiliza el término espiritual para referirse a la experiencia subjetiva de formar parte de un sistema mayor o campo, que va mucho más allá de nosotros mismos”.
Refiere también a que neurológicamente nuestros sistemas nerviosos están conectados con los de otros seres y criaturas de nuestro entorno, como un sistema nervioso colectivo; el sistema social está interconectado; y la mente individual es un subsistema de una mente mayor, de una mente superior o una red de consciencia. “Esta mente superior es comparable a Dios, incluso es posible que sea a lo que la gente se refiere al decir “Dios”.
Dilts ha propuesto que, trabajando con los niveles neurológicos, las personas pueden desarrollar una mayor consciencia de sus conexiones con el entorno y con los demás y así descubrir un sentido de propósito que los conecte con una red de consciencia más amplia.
Si bien en la física cuántica hay una relación entre consciencia, observación y realidad, el entrelazamiento cuántico sugiere que todo está de alguna manera conectado, que todos estamos unidos en una red de relaciones, a partir de que los átomos que forman nuestro cuerpo son los mismos que conforman el universo, lo que sería una base científica para entender la interconexión propuesta por Dilts.
PERSPECTIVA DESDE EL COACHING ONTOLÓGICO
El Modelo 7CCOP de competencias del Coach Ontológico Profesional, de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP), nos transmite que “se va poniendo en palabras un cuarto dominio, que algunos referentes llaman espiritual, y otros, “algo más”.
Los coaches ontológicos en nuestras sesiones accedemos al alma de otro a través de 3 dominios, el lenguaje, la emoción y el cuerpo; siendo el alma en este caso la forma particular de ser que caracteriza a una determinada persona (Rafael Echeverría).
Asociando un dominio con algo específico y enmarcable y a la dimensión con algo mucho más amplio e inclusivo de variantes; y a su vez, entendiendo que la espiritualidad necesita del lenguaje, de la emoción y del cuerpo para manifestarse, yo hablo de dimensión espiritual.
Podemos abrirnos a conectar con otros no sólo desde alma a alma, sino de espíritu a espíritu, siendo el espíritu “la parte que aún se mantiene en contacto con Dios” (UCDM C-1 1:3), “el Pensamiento de Dios que Él creó semejante a Sí Mismo” (UCDM C-1 3:1),
Y podemos sentir esa conexión como una especie de elevación mutua, un proceso de aprendizaje y sanación conjunto, un sentido de Unidad que trasciende nuestra identidad individual, en donde podemos expresarnos con autenticidad, con profunda empatía y en donde los resultados que logramos juntos superan a los que hubiésemos logrado separados; expandimos juntos nuestra consciencia y nuestro potencial.
Visión holística
El Coaching Ontológico es Constructivista y Sistémico, pertenecemos a sistemas, somos parte de distintos sistemas, y el comportamiento de una de las partes afecta al todo.
Una visión holística comprende a la mente, a la emoción, al cuerpo y al espíritu, comprende al TODO, y con esta visión cito un pensamiento atribuido a Aristóteles: “el todo es mayor que la suma de sus partes”.
CONCLUSIÓN
“El Amor es la memoria que la Unidad tiene de sí misma, en la diversidad”. Norberto Levy.
Dos caminos, un solo propósito: ayudarte a alcanzar tu máximo potencial
Uno de los grandes milagros de la vida es poder transformarnos. Creencias limitantes.
Los cuatro pilares de la confianza.
La aceptación, algo más que una emoción y un estado de ánimo; una actitud superadora.