Salud Integral
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Aprendemos por consciencia o por dolor.

Reeducarnos con sentido común para evitar el agotamiento por exceso de energía.

Consciencia o dolor
Buenos Aires, Argentina.

La enfermedad es una forma de dolor. Es maravilloso poder incorporar a nuestra vida todas aquellas cosas que nos plenifiquen y fortalezcan nuestra salud, desde la salud, y no necesitar más de la enfermedad para rectificar. Esa es la base del cambio de paradigma de salud. 

El amor es el nutriente más elemental, terapéutico y necesario que podemos darle a nuestro cuerpo. La medicación puede ser útil mientras nos reeducamos en una forma de vivir que fortalezca la salud. 

El sostener la salud mediante fármacos de por vida es muy poco sustentable para nuestra fisiología. Hay casos en los que puede ser necesario. ¿Qué pasaría si los que preparan alimentos y fármacos tuvieran como primer objetivo la salud? ¿Qué pasaría si dispusiéramos de una cobertura en salud orientada en primer lugar al fortalecimiento de la misma a través de prácticas de autogestión? ¿Y si recuperamos nuestro rol y nuestra responsabilidad acerca de nuestro nivel de salud y plenitud? ¿Qué pasa si pasamos de la competencia a la cooperación? 

Es relativamente fácil estar presentes en momentos de conflicto o de realización. La cuestión aparece en los momentos intermedios, en los cuales la intensidad del instante es menor, por ende aparece la mente y procesamos las emociones de angustia referente al pasado o ansiedad referente al futuro. 

Cuando no nos permitimos transitar los estados mentales y emocionales densos, aparece la necesidad de anestesia mediante: la comida, el cigarrillo, el alcohol, la hiperactividad, la tecnología, etc. Podemos volvernos adictos a las situaciones conflictivas, a las personas, al trabajo y a cualquier cosa que nos genere la intensidad suficiente como para olvidarnos de nuestros pensamientos y de nuestras emociones al menos por un instante. 

Doctor Corazon

Toda herida para ser sanada requiere que atravesemos un período inicial de dolor. Muchas veces escapamos al dolor que nos generan nuestros conflictos no resueltos y los encajonamos, limitando así nuestra capacidad de amar, de amarnos y de expresar nuestro ser en plenitud. 

El uso excesivo de tecnología es el principal factor de falta de tiempo y energía. 

Realizar la experiencia de 7 días evitando ver series, televisión y usar el teléfono lo indispensable y van a experimentar como se les alarga el día y disponen de tiempo para: entrenar, cocinarse, meditar, etc. 

Necesitamos café y estimulantes en general ante la ausencia del hábito de meditar. Al disminuir la frecuencia mental, la energía del sistema nervioso se regenera. Luego volvemos al ruedo renovados sin necesidad de ninguna sustancia exógena.  

Mujer Desolacion Frustracion

Agotamiento por exceso de energía. 

Ejemplo: muchas veces al finalizar la jornada laboral sentimos agotamiento por exceso de energía mental y emocional. Allí es cuando precisamos movernos para equilibrar la mente con el cuerpo, el bien conocido cable a tierra. Si al salir del trabajo pasamos por un gimnasio o por una plaza y nos movemos un rato, probablemente regresemos a nuestros hogares con energías renovadas (y toda la familia agradecida). Cuanto más usamos nuestra mente en nuestro trabajo, más tenemos que equilibrar la energía mental con energía física de movimiento. 

Otra fuente de energía es acostarnos a hacer nada (meditar) durante 20 minutos al día. Muchas veces estamos agotados a nivel físico y mental pero no se nos da dormirnos, en ese caso la meditación acostados es un excelente recurso para recargar las pilas. 

El contacto con la naturaleza : tan importante como comer es pasar unas horas al día al aire libre. Sea en nuestro patio, balcón, terraza, en una plaza o en cualquier espacio descubierto. Si nuestro trabajo es dentro de un edificio sentados, para regenerar nuestra energía vamos a tener que estar afuera de un edificio y en movimiento. 

Sentido común. 

La mayor fuente de energía es el amor, no el intencionado sino el sentido. En ese momento en el que sentimos esa energía en nuestro corazón, nuestra capacidad es ilimitada, a ello se refería Jesús cuando decía que milagros mayores que los suyos haremos nosotros. 

Todo en nuestra vida es para bien: las crisis, las ansiedades, las angustias existenciales, los conflictos vinculares, las enfermedades, los dolores corporales. Todo es para que aprendamos a amarnos y a acercarnos en forma cada vez más profunda y frecuente a un estado de amor, confianza y plenitud. Todo el viaje, todas las ansiedades, angustias, dolores y enfermedades; fueron para volver a nosotros mismos. Para conectar con el amor, hacia nosotros, hacia los demás, hacia la vida. 

Nos anestesiamos para ser engranajes de un sistema. Una persona que trabaja varias horas al día en algo que no lo plenifica, que vive alejada de la naturaleza, es probable que necesite anestesiarse con harinas, queso, azúcar, alcohol, tabaco o pantallas (tecnología) para adormecer su malestar, para no sentir. Esto sostenido en el tiempo nos lleva a enfermarnos y cuando el cuerpo manifiesta los síntomas del desequilibrio, volvemos a anestesiarlo con fármacos. Y así andamos, adormeciéndonos para sostener modos de vida que no nos plenifica. Mucho más íntegro es realizar los cambios que correspondan para que nuestro día a día sea pleno. De ese modo es mucho más fácil prescindir de los anestésicos cotidianos.