Pluma Rebelde
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Raza autodestructiva. El miedo que nos condena.

Detrás de escena

Ni uno menos
Mendoza, Argentina.

Cuando la verdad queda escondida entre líneas delgadas que nadie puede explicar. Así es la historia de Santiago Illanes, oriundo de la provincia de Mendoza, papá  de una hermosa niña, que lamentablemente es la última y única víctima de la historia.

El duelo por la pérdida de éste  joven, no tiene consuelo, y mucho menos el desgarrador video que familiares compartieron luego de conocida su triste decisión. 

Acá no busco dar nombres de culpables, sino hacer visible lo invisible. Sin poner en tela de juicio las denuncias en contra de Santiago, ( de eso hay sobra de personas entendidas) sino más bien, recausar este tipo de experiencias que en la sociedad se cristalizan y dejan el pozo ciego para hundirnos más como Seres Humanos.

Infrahumano.

Pongan el nombre de pila que deseen, sea hombre o mujer, no hay distinción de edad, ni raza, ni religión. Todos conocemos algún familiar, amigo, vecino o cercano que ha pasado por algo similar. ¿ Qué tenemos que aprender de lo infrahumano ? ¿ Es necesario llegar al punto de fracturar aún más nuestras vidas?

Culturalmente estamos condicionados por un sin fin de estímulos, audiovisuales, que sólo buscan el mantener nuestra mente dormida, para llenar esos vacíos con conductas autodestructivas

El placer dura menos de lo que se percibe

Sin educación emocional.

Sea por la incomprensión de límites y valores propios y/o sociales, o por la educación que no sólo se enseña en casa, sino que es adquirida también por experiencia fortuitas, es que ya nada podemos percibir como inmoral, como normal o como correcto.

No se trata de sacar el dedo acusador e intentar de ser jueces o peor aún creernos un Dios castigador, pero hasta que no comprendamos el fondo de estos hechos, es que nos quedaremos con el recuerdo de lo que sucedió. . Nada es casualidad, y la sociedad como comunidad colectiva, es quien debe ir acatando nuevas normas, una nueva conciencia ética (teoría) y moral ( práctica).

"Cortar por lo sano" solía decir mi abuela, pero ¿Qué es lo sano? Cuando vivimos en el doble discurso de los derechos humanos, que bien por ley nos ampara, pero como el viejo refrán, "hecha la ley, hecha la trampa".Caemos en ese punto de quiebre que como sociedad no podemos resolver, ni reconducir, al menos por ahora.

El sistema judicial - la verdad oculta.

La verdad y la justicia son nuestras aliadas pero están siendo tomadas en muchos casos de defensa para atacar el bien general. Caemos en la burocracia de un sistema judicial que por tantas imposiciones, ( buscadas desde un beneficio mayor, para unos pocos elegidos -Elite) es que levantan banderas y estandartes, diciendo defender lo indefendible. Todo se traslada al otro lado, del machismo al feminismo.  Del verde al celeste. Estamos en el otro polo que no es lo justo, no es para lo que fuimos creados. 

Roles.

Comencemos a definir un rol de hombre que queremos culturalmente, alinear ciertos comportamientos y tomar responsabilidad acorde a su función biológica. 

Conservemos la figura femenina, no sometida, pero tampoco sobrevalorada, porque no somos más ni menos.

El equilibrio nace en cada Ser, reconocer -se y aceptar-se, bajo los principios del creador y no por una simple autopercepción infundada, o un valor adquirido erróneamente para lograr así, destruirnos entre nosotros mismo. Somos la única especie capaz de razonar y aún así tomar la decisión menos pensada. 

La formulación de normas y leyes traspasaron la brecha considerando a cada individuo, pero sin considerar el carácter por sentido común. Este fenómeno de desvalorización sólo se reactiva desde una pirámide sólida con valores centrados en creencias que potencian al Ser Espiritual en coherencia y no sostenido desde el ego para una individualización sacada de foco.