Hoy me gustaría compartir con ustedes un tema, una historia que cambió gran parte de mi vida y la sigue cambiando cada vez mejor. Les voy hablar de un entrenamiento llamado coaching, me prepare para ser un coach ontológico profesional, más allá de ese gran certificado que uno recibe a la hora de terminar su entrenamiento, el sello más grande de todo esto va por dentro.
¿Estudiar para ser un coach al principio lo hacemos con un propósito, cual es ese propósito? No lo sabemos claramente aún, porque algunos empiezan estudiando esto por curiosidad otros por algo de información. Yo soy del primer grupo, la curiosidad de saber de qué se trataba estudiar coaching, me llevó a empezar este enriquecedor entrenamiento.
Claro que abrí una puerta que jamás pensé encontrar lo que encontré, hoy puedo contarles, no solo lo que aprendí, la gente que conocí, sino lo que NO conocía de mí, lo que estaba dentro mío, mi SER, mi otro yo, parecía que estaba viendo y sintiendo a otra persona, que había conocido otro ser humano, pero no amigos míos, era yo, la misma que se mira al espejo todas las mañanas, y realmente no sabía a quién tenía enfrente. Buscamos creer que nos conocemos, cada parte de nuestro cuerpo, cada golpe o marca que nos queda de recuerdo, pero yo conocí una parte importante, frágil, única y la mejor de todas, nuestro ser.
Hoy puedo decirle que no fue fácil y que todavía cuesta entender, perdonar, aceptar y amar nuestra esencia, quien somos en realidad.
Pero una vez empezado este trabajo somos capaces de muchas cosas, como por ejemplo, saber que tan maravillosos somos en algunas cosas y que podríamos mejorar en otras, cuando digo mejorar me refiero a un cambio, a una transformación de cambiar por completo, hábitos, costumbres, paradigmas, que nos han acompañado en el transcurso de nuestra vida y no nos ha sido útil, claro que todo tiene un porqué y un principio de historia, eso nos ayuda a entender que tipo de observadores somos, como actuamos y porque lo hacemos. También puedo contarles con seguridad que el comienzo de este camino, el camino de coaching, tiene un principio, pero no un final. ¡Pero no se asusten mi querido lector! Que esto es más increíble de lo que yo les puedo contar desde mi propia experiencia, como seres humanos muchas veces nos asusta lo nuevo, dejar nuestro lugar de confort, lo ya conocido, para salir y conocer que hay más allá del lugar que ya conozco.
Por eso hoy quiero hablarles de una distinción muy importante, que tiene este entrenamiento, se llama CONFIANZA. Nuestra confianza la cual sabemos que tenemos, pero, ¿qué tanto está dentro nuestro?. Decimos que, si tenemos confianza para cocinar, manejar, hacer las tareas en nuestro trabajo, confianza para dar un exámen cuando hemos estudiando etc.
Existe un tipo de CONFIANZA que es la que vamos a conocer, cuando decidimos empezar a conocernos; en el momento que tomamos esa decisión, quiero decirles que somos muy valientes, porque no solo no es algo fácil de hacer, sino que se necesita de una confianza única hacia nosotros mismo de saber, que no importa lo que hallemos, importa que iniciemos el camino hacia nuestro interior,Yo sentí que necesitaba la respuesta de una búsqueda de identidad, creo que en realidad necesitaba la pregunta correcta, la pregunta poderosa decimos en coaching, para poder encontrarme con mi otro yo.
En la distinción de la confianza aprendimos que existen cuatro patas, como las patas de una mesa: Sinceridad, Involucramiento, historia, competencia.
Claro no es fácil desnudarse ante tanto desafío, la sinceridad con uno mismo significa un gran paso para saber quienes somos en realidad. El involucramiento, nos lleva a la responsabilidad de tomar este camino de aprendizaje y tiene un significado de mucho valor para hacerlo. La historia nos enseña, no solo quienes somos sino de dónde venimos, cuáles son nuestras raíces, a la hora de poder responder nuestras preguntas. Competencia me lleva al aprendizaje de conocer cuales son mis competencias, mis debilidades, mis fortalezas, para reforzar, mejorar o cambiar, para lo que pueda tener un nuevo sentido para mi vida.
No son las respuestas que nos guían en este caso, al camino de conocernos, sino las preguntas que surgen de la duda, del miedo que muchas veces tenemos cuando tomamos la decisión de tener confianza y dar el primer paso a conocernos.
Para los que somos creyentes sabemos que somos hijos de dios, para los que no, somos hijos de la vida, el universo, claro de nuestros padres también. Los padres somos la vía para traer vidas al mundo (nuestros hijos), somos quienes tomamos la tarea de criar con amor, valores, respeto, responsabilidad, a nuestros hijos, quienes también terminan siendo parte de nosotros y a su tiempo cumplen con la misma tarea que nosotros, ser padres de sus hijos.
Ser padre, ser hijo, ser hermano, ser abuelo/a es un título que nos da la vida acompañada de un roll, ser amado y poder amar, pero que tipo de título o lugar nos da este mundo, cuando sabemos que somos seres humanos, un SER algo tan simple y complejo a la vez.
El coaching es algo como un espejo, te pide que te mires por dentro y te conozcas, que veas que tiene ese ser por dentro y puedas acompañarlo a cada paso que de en su descubrimiento, sin juzgarlo ni criticarlo, solo aprendiendo, aceptarnos y amarnos, que si encontramos algo lo cual no nos gusta mucho, saber que tenemos la posibilidad de cambiarlo desde adentro y que puede ser algo extraordinario para nosotros mismo.
Esta historia recién comienza y quiero decirle que no solo voy a contarles lo valiosos que somos, sino lo mucho que podemos aprender de nosotros mismos, desde el lugar del perdón y la aceptación.
¡¡GRACIAS!!
La corporeidad es la relación que existe entre el cuerpo y el movimiento. Es la escencia construtiva...
Uno de los grandes milagros de la vida es poder transformarnos. Creencias limitantes.
La aceptación, algo más que una emoción y un estado de ánimo; una actitud superadora.
Dos caminos, un solo propósito: ayudarte a alcanzar tu máximo potencial