La relatividad del tiempo es sostenida por un par de cuerdas que vibran en tu mente, haciéndote creer que mientras más rápido, más avanzas.

El engaño del cual nos sostienen, es hacernos creer que estamos más cerca de alcanzar aquello que "creemos" necesitar.

La existencia por lo tanto se mide por el tiempo que nos queda para disfrutar. Solo que miramos al futuro lejano, como un laberinto que al primer descuido, repetimos la partida.

Todo tiene un precio. Cada vez que dedicas tiempo a algo o a alguien, estás dedicando tiempo de existencia a perseguirlo. En lugar de priorizar lo que da sentido a tu vida, te sumerges en el bucle de la insatisfacción; para caer al vacío de la persecución, de aquello que ni si quiera vale.

Cada vez tenemos menos de esa existencia y ni siquiera somos conscientes, a que nos dedicamos en esa parte de existencia que nos queda.

Resignificar la existencia en nuestras vidas, puede llevarnos a elegir con mejor claridad que queremos para el resto del viaje, ¿qué queremos intentar?

Definir este "estado presente" hasta el "estado deseado", vale la pena para saber ¿a dónde quieres ir?. Por esto, comienza preguntándote: ¿en dónde estas ahora mismo?

Las aristas del mapa son aquellas áreas que necesites recalcular la existencia que te queda. Son esos valores profundos que dan sentido a tu vida, o mejor dicho, tu identidad.

La fragilidad del concepto "tiempo", se escurre para protegernos del latido final que escapa de nuestro control. Incluso que sostiene en pausa, la creencia que mañana continua desde donde quedaste, en esa pausa. Pausa de aquello que no contemplaste en el instante presente; ese reflejo que permite que te observes para dejar de existir, en lo que ya pasó o lo que aún no llega.

Por eso, recupera el poder de la existencia, para que no tengas que dejar parte del tiempo en pausa o sin haber elegido cuando detenerte y volver a empezar.

El juego consiste en observar lo infinito. Aquello que creaste como "estado deseado", se vuelve nuevamente tu "estado presente", y así comienzas a sumar el "compás al tiempo", que no es más ni menos, el ritmo que te queda de existencia.

Aprende a observar.

Aprende a elegir.

Aprendes a existir.

Entre estado actual vs estado deseado.

Para concretar la solución a un problema, diríamos los coaches, "quiebre"(*), necesitamos diferenciar los conceptos de Estado Actual y Estado Deseado.

(*) la palabra "problema", conlleva una connotación negativa, por lo que al hablar de "quiebre", abre la oportunidad de mejora y auto-observación de aquello que queremos mejorar.

Estado Actual o Presente: situación concreta sobre un asunto concreto. Pueden ser personas, emociones, lugares,etc.

Estado Deseado: descripción clara de la situación a la que se quiere llegar. Expresiones, conductas, creencias, capacidades, etc; que se desean conseguir.

Al concretar nuestro Estado deseado, se alcanza la meta, especificando objetivos, cuya descripción es concreta y medible.

Al tener claro lo uno quiere, el cerebro solo ejecuta. Por ello, es imprescindible que el mensaje sea claro, no contradictorio; de lo contrario, eso obtendrás.

El principal obstáculo es partir desde alguna base en la que no estamos. Ningún barco llega a buen puerto, sin saber desde donde parte, y sobre que viento y marea alcance en su viaje.

Conociendo el puerto, los recursos que disponemos y buscando alcanzar el máximo potencial de ellos, podremos estar por el camino correcto hacia lo que deseamos.

Un día a la vez, y subirás grandes montañas.

Si quieres conseguir algo, descubre el fin.

Para conseguir nuestros deseos, necesitamos descubrir, ¿para qué queremos llegar?.